LA INTERACCIÓN PRODUCTIVA DE LA INGENIERÍA, LA ECONOMÍA Y EL DERECHO

En la dinámica económica existen dos grandes campos de acción: las operaciones y los proyectos. Una regla común para ambas actividades es que la relación B/C (Beneficio/Costo) sea mayor a la unidad. Para conseguirlo, podemos concentrarnos en aumentar el numerador o en reducir el denominador. Ambos esfuerzos son distintos. 

En el primero, es preciso “mirar hacia afuera” y está constituido por el marketing y la publicidad para conseguir una buena cantidad y calidad de compradores. En el segundo caso, es preciso mirar hacia adentro de la organización y es el gran campo de la optimización de recursos escasos dominado por la economía y la administración, que a su vez tienen como cimiento fundamental a la ingeniería, constituida por al diseño, la implementación, la logística, la construcción y la fiscalización que deben llevarse a cabo en forma fluida, eficiente, y segura. 

En el desarrollo de estos procedimientos se conjugan entonces la economía como un motor inicial, basada en la ingeniería y para complementar todo se recurre al derecho que desarrolla leyes, normas y estándares con el objeto de convertir todo el proceso en no discrecional.   

A pesar de ser la economía el motor inicial y final más común de todo proceso productivo, existen otras motivaciones que, en algunos casos, pueden ser igual o más poderosas, por ejemplo, el avance de las fronteras del conocimiento (Investigación y Desarrollo), la ética, la equidad, la justicia ambiental y la opinión pública. 

De todo este raciocinio, se derivan los principales campos de acción de la ingeniería que son el diseño, la implementación, la producción y el control de las actividades productivas, para que estas respondan a sus dos clientes máximos del mercado que son los ofertantes y los consumidores.

El diseño comienza con un diagrama de flujo balanceado, con el objetivo de lograr etapas fluidas. Además, los procesos deben ser eficientes, para que no se derroche el capital y el trabajo; y seguros, para que no se arriesgue la vida y la salud de los participantes. El diseño, que es el gran campo de los proyectos,cuenta con tantas etapas como se requiera para llegar al nivel de precisión deseado por los dueños o inversionistas del proyecto. Resaltan en este contexto las etapas del perfil, la prefactibilidad, la factibilidad, la ingeniería básica, el estudio bancable y la ingeniería detallada. 

La implementación, logística, construcción, fabricación, montaje, puesta en marcha y comisionamiento, constituyen las actividades en que se procede a hacer realidad las especificaciones del diseño.

La producción, se caracteriza por la especificación detallada de las etapas del ciclo de producción que permite eslabonar las diferentes etapas del proceso y entregar el producto final comercializable del negocio. Este ciclo de producción que tiene su origen a comienzos del siglo 20 en la fabricación de automóviles Ford, se caracteriza por estar siempre en mejora continua. En la actualidad (siglo 21), la robótica es una de las herramientas vitales de mejora continua.

Podríamos establecer que la fiscalización es un exceso de celo, si nos esmeramos en desarrollar buenos procesos de diseño, construcción y producción; pero hay dos máximas del comportamiento de las organizaciones humanas que la justifican. La primera dice que “Si algo puede salir mal, saldrá”, y la segunda es “El diablo está en los detalles”. Ambas máximas nos orientan a pensar que es imposible prever todas las posibilidades de error en el comportamiento humano colectivo, por lo que a pesar de todas las normas o estándares que podamos establecer, siempre estará presente el azar. 

Es por esta razón, que la gestión gerencial siempre debe tener componentes no discrecionales (Normas) y discrecionales (Gerentes que basan sus decisiones en sus conocimientos, experiencia y sentido común). Existen muchos ejemplos de esta realidad, pero basta recordar el desastre de 1986 de la capsula espacial Challenger de la Nasa, en que debido a una falla de una empaquetadura murieron seis astronautas norteamericanos. Si existe alguna organización modelo en el mundo, esa puede ser, con toda justicia, la Nasa norteamericana, cuna de proezas técnicas de la civilización y de talentos individuales y colectivos.

El derecho, especialidad que ayuda a fortalecer los procedimientos no discrecionales de las organizaciones privadas y públicas constituye un elemento básico para alinear las necesarias interacciones multidisciplinarias repetitivas, pero se estima que en el camino hacia la construcción de organizaciones eficaces, debe estar siempre subordinado al ejercicio discrecional de jerarcas seleccionados por sus dotes humanas que ninguna norma puede garantizar como son la integridad, el compromiso, la transparencia, la buena fe y la vocación de servicio.

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