REPENSANDO EL CIP

La misión principal del CIP es garantizar a la sociedad peruana el ejercicio idóneo de la profesión de ingeniero. Con este objetivo en mente, se propone una serie de acciones que se orientan a mejorar esta contribución. 

Las acciones se clasifican en medidas de carácter interno y medidas de carácter externo. Las medidas internas dependen exclusivamente de llegar a un consenso de nuestros grupos directivos. Las medidas externas requerirán autorizaciones que están en nuestra capacidad gestionar. 

1.     Medidas de carácter interno:

Clasificar a los ingenieros en tres jerarquías en función de su experiencia: Auxiliares, Asociados y Principales. Con este fin se nombrará una comisión que en un plazo de tres semanas deberá presentar un proyecto sobre el procedimiento a seguirse para materializar esta clasificación que tendrá como base los años de ejercicio profesional idóneo (técnico, gestión y honorabilidad) y el examen correspondiente. 

2.     Medidas de carácter externo

2.1.Tener participación en el desarrollo de las tesis de grado universitario. Este objetivo se puede lograr mediante:

-        La participación en las comisiones que evalúan el otorgamiento de los grados universitarios. 

-        Recomendando los temas que requiere cada una de las especialidades de ingeniería y participando como asesores en estos trabajos de investigación.

2.2. Aumentar la contribución del CIP en los planes de desarrollo nacional mediante los siguientes mecanismos:

-  Todos los capítulos deben analizar, evaluar, y recomendar modificaciones o nuevas normas públicas que requiere su respectivo sector. El Decano Nacional deberá elevar estos proyectos de normas a los líderes nacionales que correspondan.

El fundamento de este aporte se justifica porque toda norma de carácter público debería satisfacer los siguientes tres requisitos: 

a.     Las leyes del mercado de la oferta y la demanda, propias del modelo de “economía social de mercado” vigente.

b.     Los requerimientos técnicos propios de la naturaleza. En este rubro, el CIP debería constituirse gradualmente en el ente rector de la sociedad peruana.

c.     Satisfacer los requisitos políticos. Este es un aspecto importante que altruistamente ejercido debe ser tenido en cuenta. 

   

2.3. Promoviendo que los grandes proyectos de la infraestructura del territorio nacional sean desarrollados por la ingeniería local hasta—por lo menos—el nivel de ingeniería básica en los que se incluye los parámetros de diseño detallado. De esta manera, las licitaciones tendrán un margen de error cercano al 15% o 10%, lo que evitará las acostumbradas adendas a los contratos de obra que deben realizarse por causa de obtusos cronogramas y presupuestos, originados con meros perfiles de los proyectos.

2.4. Considerando que es labor del estado “desplazar las fronteras del conocimiento” para alcanzar gradualmente la anhelada autonomía tecnológica, será necesario que el CIP recomiende a los líderes políticos que la ingeniería de los megaproyectos—privados y públicos—sea contratada y desarrollada por empresas nacionales, quienes podrán asociarse con empresas extranjeras, si así lo estiman conveniente. No se debe aceptar que toda la ingeniería (planos, memorias descriptivas, especificaciones de logística, etc.) sea desarrollada en el exterior sin ninguna posibilidad de participación de la ingeniería local. Esto es lo que ha venido ocurriendo a lo largo de la historia causando un grave perjuicio a la sociedad peruana, que se ha acostumbrado a ostentar una autoestima de bajo nivel. 

2.5.Todos y cada uno de los capítulos debe tener la responsabilidad de establecer y actualizar semestralmente los planes de desarrollo que requiere la sociedad peruana en cada una de sus competencias, elaborando un listado debidamente priorizado de activos tangibles (infraestructura) e intangibles (procesos, procedimientos, organización, capacitación, construcción de base de datos, etc). Citamos algunos ejemplos:

-        Los correspondientes especialistas del capítulo de civiles deberían tener muy claro los requerimientos—debidamente priorizados—de vía terrestre, aérea y marítima que necesitamos.  Si el CIP hubiera tenido este Plan, ningún político se hubiera atrevido a priorizar la construcción de la vía Interoceánica en vez de una nueva carretera central. De igual manera, en el CIP se debería haber sugerido el incremento sustantivo del transporte marítimo vía cabotaje menor a lo largo de los tres mil kilómetros de litoral peruano, reduciendo significativamente el complicado tráfico por camiones y omnibuses. 

-        El capítulo de minas ya debería haber emitido un informe técnico referido a las causas que originan el aborto de los megaproyectos. Si esto hubiera sucedido, ningún político se hubiera atrevido a contratar “peritos extranjeros” para que den su opinión. De igual manera debería haber sucedido con la informalidad minera en la que los políticos vienen desarrollando cerca de diez años la solución desde la perspectiva legal, sin siquiera tocar el problema técnico, que es de mucha mayor trascendencia. 

-        Así mismo, el capítulo de ingeniería ambiental debería revisar y emitir opinión sobre los engorrosos Estudios de Impacto Ambiental que constituyen parte del problema de la hoy popular “tramitología”, que pueden sustituirse con procedimientos técnicamente más simples y con tanta o mayor eficacia, con el objeto de catalizar la economía nacional. 

-        El capítulo de ingeniería agrícola debería emitir opinión sobre la mejor forma de ampliar la conocida “frontera agrícola” aumentando la estancada productividad del agro nacional.

-        El capítulo de ingeniería forestal debería coordinar con el capítulo de minas la mejor forma de extraer sistemáticamente toda la riqueza aurífera aluvial de los generosos ríos peruanos que “bajan de la cordillera”, y al mismo tiempo cuidar y mantener los bosques y su valiosa biodiversidad.