“SI LAS BARBAS DE TU VECINO VES CORTAR, PON LAS TUYAS A REMOJAR


1. CONSIDERACIONES GENERALES

Existen dos hechos que concatenados resultan de mucha preocupación para el futuro de la sociedad peruana: las migraciones y el estado actual del sector público nacional, que se encuentra sin rumbo claro.

Vivimos en carne propia, la migración de venezolanos que abandonan a sus familiares porque en su pueblo no hay trabajo. Es el triste desarraigo voluntario como medida de supervivencia económica. 

Expectamos la marcha de miles de hondureños hacia Estados Unidos en búsqueda de trabajo. Sabe Dios lo que pasará cuando lleguen a la ansiada frontera.

Existe una ola de migrantes a Europa en búsqueda de trabajo que no siempre es bien recibida.

¿Por qué sucede esto? 

Porque el modelo socioeconómico que eligieron para vivir y trabajar en paz, no funcionó. Pero los modelos socioeconómicos dejan de funcionar cuando los líderes no “dan la talla”. Se requiere permanente ojo avizor, para ir corrigiendo, adoptando y adaptando comportamientos individuales y de grupo, que son en esencia dispares. De allí nace el concepto de mejora continua. Además, el modelo nunca falla de la noche a la mañana. El modelo deja de funcionar en forma progresiva. Los fenómenos sociales se van acumulando y agravando, si es que no se toman acciones correctivas a tiempo. Los administradores y los mismos administrados se esmeran en “dorar la píldora” y confían que “los problemas se arreglarán solos” cuando “toquen fondo”, y tratan los síntomas, evadiendo el tratamiento de las causas, porque es más traumático.

En el modelo capitalista, el sector privado debe generar riqueza y el sector público debe fijar las reglas de juego, promocionar y fiscalizar. Este accionar se retroalimenta mutuamente. Son interdependientes.  El empresariado privado tiene un indicador de eficiencia muy poderoso, que es la quiebra. El que no es diligente fracasa, casi sin darse cuenta. Para tomar decisiones, la eficiencia económica es prioritaria. Sin embargo, en el sector público la eficiencia y la productividad, se alcanzan casi exclusivamente con talento y buena fe. No existe otra motivación. Casi como un padre de familia, el Estado debe dictar normas racionales, promocionar a las personas jurídicas hasta que alcancen la mayoría de edad y aflojar o acortar las riendas según sea necesario. Las decisiones del Estado deben tomarse en una combinación permanente de eficiencia económica, debido proceso, consistencia técnica, esclarecida equidad, luminosa ética y manifiesto avance del conocimiento. Con el sanbenito que no debemos reinventar la rueda, nos hemos convertido en una sociedad excesivamente dependiente de las exportaciones, lo que ha abortado nuestra capacidad de diseño, fabricación y construcción. Si cerramos las fronteras, volveremos a la edad de piedra, porque no hemos experimentado el duro camino del progreso industrial, que consiste en repetir incansablemente el ciclo de diseñar, construir, ensamblar, fallar, corregir y volver a comenzar.

Estas condiciones de liderazgo público demandan mucha capacitación de aptitudes y actitudes, que lamentablemente no se están dando en las circunstancias actuales. Las universidades creen—y la Sunedu también—que deben formar buenos funcionarios privados, olvidando que es mucho más difícil formar buenos funcionarios públicos. Es indudable que Venezuela y Honduras han pasado ya por esta decadencia hace un buen tiempo, por eso es que los resultados ahora obtenidos son paupérrimos.

2. SITUACIÓN ACTUAL 


El sector público peruano está en franco deterioro y los que pagarán la factura son los que vienen atrás. Por esta razón, es urgente tomar las medidas correctivas.

Para comenzar, todas las instituciones sin fines de lucro, como los colegios profesionales que constituyen la elite pensante de la sociedad deben recapacitar y dar el ejemplo de transparencia, dando periódica cuenta de su gestión a sus miembros. La fiesta hace rato que debió haber terminado y ahora hay que ajustarse la correa y con los recursos muy medidos es hora de acrecentar sustantivamente el capital intangible institucional: la imagen. Esto solamente es posible tomando decisiones con equidad, ética, transparencia y al mismo tiempo alcanzando la eficiencia económica (nada de gastos superfluos en condecoraciones y festejos como el día institucional, de San Valentín, Halloween o de la secretaria).   

Parecería que la fijación en la eficiencia económica permite generalizar que si el crecimiento económico es positivo, todo se puede disimular. Pero el crecimiento económico siempre será positivo si los grandes negocios y los megaproyectos funcionan. En esa línea, se rasgarán las vestiduras y buscarán chivos expiatorios si Quellaveco,  Michiquillay y Minas Justa no “salen”. Y entonces, las comunidades “obtusas” serán las grandes culpables. Como si el problema se resolviera identificando “quien tuvo la culpa”. Para progresar, no basta ganar dinero, hay que saber invertir lo ganado.

Los gobernantes son responsables de la gestión de la macroeconomía. Y la macroeconomía no solamente trata de crecimiento económico (ΔPBI), sino también de inflación, que gracias a la buena gestión del Banco Central de Reserva está embridada, y, sobre todo, trata de la increíblemente escurridiza Tasa de Desempleo, que parecería ser terreno de nadie. Si no se contara con la informalidad, la tasa de desempleo peruana sería escalofriante, cercana a la de Honduras y de Venezuela. Y entonces, sería hora de emigrar, para sobrevivir. Situación, en la que todo recurso extremo es válido.

Para crecer y no pasar por las vicisitudes venezolanas y hondureñas, es preciso recapacitar y corregir rumbos ahora. Que los celulares y las computadoras sirvan para que todos nos alineemos en este objetivo. Mañana puede ser demasiado tarde.

3LA INFORMALIDAD


La informalidad es superior al 50%, lo cual muestra que ser formal es tanto o más caro que ser informal. O, los requerimientos son tan complicados que más del 50% de los emprendedores los elude. No hay que olvidar que en el sector privado todo negocio exitoso debe cubrir los costos, generar ganancias y pagar impuestos. En el sector público, no existe este requerimiento básico. Esta diferencia constituye la gran brecha que dificulta alcanzar la mutua colaboración y complementariedad que requiere el modelo.
Por otro lado, con el cuento de la contaminación, hasta los lustrabotas son perseguidos por contaminar el paisaje y por no entregar factura. Resultamos “más papistas que el Papa”. Hasta el presidente Trump le ha puesto límites a la ley de agua limpia y de aire limpio, porque ponían barreras al crecimiento económico.
La recomendación urgente es entonces, abordar la informalidad en su verdadera dimensión. Se trata de un problema tecnológico y de economía de escala posible de solucionar con adecuadas medidas de promoción. Las “paraditas” y las “vivanderas” son una realidad, y mal hacemos utilizando la violencia para acabar con ellas. Estas personas jurídicas o empresitas tienen que crecer como crecen las personas naturales. Poco a poco, y con mucha capacitación y entrenamiento. Hasta se ha llegado al extremo de penalizar la actividad en pequeña dimensión y de hacer cenizas a sus valiosos activos, con el pretexto de que ser informal es de naturaleza dolosa. La gran empresa es buena, porque hace posible el presente, pero la pequeña empresa es mejor, porque asegura el futuro, que es lo que importa a la mayoría de la población que lucha cada día para conseguir el pan nuestro de cada día.

4. LA FORMALIZACIÓN  MINERA

El objetivo de toda campaña de formalización minera debe ser el de convertir centros productivos informales en formales.

Formalizar es sinónimo de tener una mina estable con un yacimiento aceptablemente conocido, que permita tener trabajadores en planilla, pagar impuestos, y gestionar los residuos normales del proceso productivo.
En el caso minero, el Estado es el gran dueño, por lo que debe velar por proteger los pequeños emprendimientos.  Para desarrollar una minería sana, el Estado tiene que mostrar el camino. Es hora de aceptar que es necesario llevar de la mano al pequeño minero. Desde la estimación de reservas, que debe hacerse por lo menos para seis meses, hasta la comercialización de metales, que es un negocio de exportación; pasando por las técnicas de minado seguras y la metalurgia limpia; el minero y el Estado deben andar juntos. Por lo menos, hasta que el minero alcance “la mayoría de edad”, que es cuando haya alcanzado una producción diaria estable. 

Tener una mina formal requiere conocer las características intrínsecas de todo negocio minero: geología, minería, conminución, mineralurgia, metalurgia, y comercialización.

Es posible que el Estado no haya asimilado su rol promotor de la pequeña minería y eso explica su actitud recelosa. Invertir ahora en capacitación—empresarial, técnica y comercial—para cosechar años más tarde, demanda un talento singular no siempre accesible.

Se postula un enfoque de verdadero apremio para tratar el problema de la formalización de las actividades productivas, como un seguro contra la futura migración masiva de la ciudadanía peruana. Por diferentes razones, nuestra tasa de desempleo sigue creciendo y ese hecho es perturbador. Es la causa del crecimiento de la delincuencia. No hay duda que los gobiernos de Venezuela y de Honduras no prestaron oportuna atención a los signos que ahora se presentan en nuestra sociedad. La juventud sin trabajo constituye un problema que merece ser tratado con la debida atención en el momento presente. Las necesidades de mentoría y capacitación de la pequeña empresa (Pymes) deben ser atendidas en forma urgente, antes que sea demasiado tarde. Hacer seguimiento a todo egresado de secundaria es una necesidad, si el objetivo es construir una sociedad en ascenso. 

5. COLOFÓN

Para que la ciudadanía recupere la confianza en sus instituciones públicas, se recomienda que todas ellas hagan individualmente una auditoría de desempeño integral y presupuesto “cero” para el año 2020.

La auditoría integral de desempeño se orientará a demostrar que se está asignando los recursos del Estado cumpliendo productivamente con el objetivo misional para el que fueron creadas; y el presupuesto cero se elaborará para el año 2020, revisando y calculando unitariamente—gastos corrientes y gastos no corrientes—todas las partidas constituyentes del presupuesto. 

De esta manera, podremos tener la certidumbre que, por lo menos, se está haciendo frente con realismo, metodología y transparencia al gran dilema de la utilización de los recursos públicos.
Este vital ejercicio de sanidad pública deberá ser realizado, a título oneroso, por una comisión de ilustres de los colegios profesionales. Esto representará un ejercicio de recuperación de la autonomía y dignidad nacional, tan vapuleada cotidianamente con las insensatas estrategias públicas de contratar “llave en mano” con entidades externas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Discurso del Día del Minero 2008

MEJORANDO EL SECTOR PUBLICO PRODUCTIVO

LA INFORMALIDAD MINERA EN EL CONTEXTO REGULATORIO ACTUAL