APRENDIENDO DE NUESTROS ERRORES

No hay mejor universidad que la vida misma. No da certificado, pero da algo que es mucho  más importante. Lo prepara a uno a corregir sus errores, que dicho sea  de paso, siempre cometen los que no se sientan a esperar que las cosas sucedan, sino que las hacen suceder. Eso ha pasado en el sector minero y debemos aguzar  nuestra inteligencia para aprovechar esta oportunidad y no dejarla pasar. Es necesario convertir al año 2016 como el año del despertar de la minería. Entre otras, se rescatan cuatro grandes lecciones. 

PRIMERA GRAN LECCIÓN
Nos encandilamos con el concepto de cuidado ambiental. Efectivamente, hemos sido históricamente negligentes con el cuidado ambiental, y necesitamos enmendar rumbos. Tenemos que emprender una gran cruzada para que el cuidado ambiental sea un elemento imprescindible de la política pública y privada. Pero no nos olvidemos que el problema principal de los peruanos es reducir las brutales brechas de desarrollo económico que prevalecen entre los treinta millones de peruanos. Eso nos divide y tenemos la obligación moral de superarlo. El cuidado ambiental, por muy importante que parezca, no puede impedir que se trunquen las políticas públicas y privadas que apuntan a reducir las brechas económicas que están en el fondo de los conflictos sociales que estamos experimentando. Sin una sólida política  económica, los mejores planes sociales y ambientales resultan inocuos. Tenemos que aceptar que nuestra principal obligación es remover las barreras que nos impiden vivir y trabajar en paz. Nos sucede a veces lo que se les inculca a los pilotos de avión: por mas que se les atore una rueda, no se olvide que lo más importante es mantener el avión volando. Por cuidar el ambiente, no podemos descuidar el crecimiento económico.
Las políticas de desarrollo tienen que ser conducidas por los Ministerios de la Producción---Pesquería, Agricultura, Minas, Industrias—y  debemos tener ministerios cuya existencia tenga por objeto corregir los excesos incurridos por aquellos que se encargan de impulsar el desarrollo económico—tales como los ministerios de Ambiente, Trabajo, de la Mujer, Inclusión Social, etc.—No podemos darnos el lujo de “poner la carreta delante de los caballos”. Últimamente, nuestra alucinación con el cuidado ambiental nos ha llevado a dejar que el Ministerio del Ambiente dirija el desarrollo  minero, lo cual ha devenido en una paralización estrepitosa del sector. La lección por aprender entonces es modificar políticas y comportamiento. “Zapatero a tus zapatos”. El Ministerio de Minas, con sus dos grandes viceministerios debe conducir el sector minero y el Ministerio del Ambiente debe sugerir las medidas correctivas que permitan al Perú crecer en forma sostenible. No se camina por el sendero del crecimiento frenando las solicitudes de permisos, o fustigando a las operaciones con acciones de control dispersas y repetitivas. 
Se sugiere entonces enmendar rumbos adoptando los siguientes cambios:
a)  Restablecer la autoridad minera al Ministerio de Minas. El Ministerio del Ambiente continuará monitoreando e informando al país el progreso que van alcanzando las políticas voluntarias de cuidado ambiental, bajo la premisa que “ser sucio es sinónimo de ignorancia, más no de dolo”. Teniendo en cuenta que en los tiempos modernos ya “la letra con sangre no entra”, la persuasión y la docencia deben constituir la bandera de actuación del Ministerio del Ambiente.
b)Los estudios de impacto ambiental se reducirán a la evaluación del diagrama de flujo balanceado de los procesos técnicos y la correspondiente planta de tratamiento de residuos que garanticen el vertimiento final por debajo de los límites máximos permisibles, LMP. Los estudios de líneas base y los efectos sobre la biodiversidad serán asumidos gradualmente por el Estado y los planes sistemáticos de monitoreo ambiental público.
c) Las organizaciones creadas por el Ministerio del Ambiente para evaluar y fiscalizar las actividades privadas de cuidado ambiental se encargarán de conducir la política ambiental publica, actuando con un pequeño equipo técnico profesional que tercerizará con todos los profesionales especialistas en el tema, las actividades de campo requeridas, para cambiar la cultura ambiental indolente de toda la sociedad peruana, en una cultura del aseo, el orden y la limpieza urbana y rural.Las evaluaciones y  monitoreo ambiental necesario será hecho por los profesionales independientes registrados en los Colegios Profesionales, los que deberán tomar las medidas necesarias para garantizar a la sociedad peruana el idóneo ejercicio profesional de sus asociados.

SEGUNDA GRAN LECCIÓN
Tan importante es la pequeña minería, como la gran minería. La gran minería dinamiza la economía ya que por  cada  trabajador minero, se genera no menos de seis empleos entre directos e indirectos. Los impuestos que paga al estado la gran minería nos permite dar seguridad al aparato público. Y por último, nos mantiene avizorando el entorno mundial, que siempre es necesario, porque las políticas de crecimiento generalmente vienen de afuera, raramente provienen del mundo interno. Los grandes proyectos dan trabajo a unas 250,000 personas.
La pequeña minería nos permite mirar hacia adentro, hacia el Perú profundo, a nuestros pequeños emprendedores mineros que exploran y abren minas allí donde nadie llega. Este aporte es fundamental en la conquista del Perú por los peruanos, que es un reto hasta ahora ignorado por la sociedad peruana en su conjunto. Por eso es que tenemos una gran ciudad como Lima y muchos pueblos que se esfuerzan por alcanzar el despegue y la madurez económica. Los pequeños mineros mantienen a cerca de un millón de peruanos.
Si aprendemos la lección, tendremos que darle a ambos niveles de minería el lugar que les corresponde. Es hora de tener, por ejemplo, dos equipos en el  Ministerio de Minas. Uno dedicado a fortalecer la gran minería y otro, del mismo nivel jerárquico,  dedicado a la pequeña minería. Se hace necesario reorganizar el Ministerio de Minas con dos grandes Viceministerios, el de Minería a Gran Escala que conduzca la política de promoción, permisos y fiscalización de las multinacionales, y el Viceministerio de Minería a Pequeña Escala, que conduzca la política de promoción, permisos y control de las imprescindibles y numerosas  minas pequeñas del Perú.

TERCERA GRAN LECCIÓN
Por su ubicación estratégica en los rincones más apartados del territorio nacional, los megaproyectos mineros constituyen una poderosa herramienta pública y privada de inclusión social y de nivelación económica con las comunidades del entorno minero. Esto es tan importante para la nación peruana que su gestión—social—debe tener el mismo nivel  que la gestión del proyecto, en que las especificaciones técnicas, el cronograma y el presupuesto (aprobado por el inversionista) constituyen el máximo indicador de gestión.  Esto sugiere que todos los futuros megaproyectos deben tener una gerencia adjunta cuya misión será la de evitar que ocurran desavenencias sociales con las comunidades del entorno. Si sucedieran, significaría que dicha gerencia no cumplió con su objetivo. Tan censurable es el gerente de proyectos que no cumple con el cronograma, el presupuesto y las especificaciones técnicas, como el gerente adjunto que permita la ocurrencia de conflictos sociales.

CUARTA GRAN LECCIÓN
El Ordenamiento Territorial es una herramienta temporal que puede lograr su objetivo a medida que vayamos conociendo nuestro suelo y el subsuelo territorial. Mientras tanto, dedemos adoptar el concepto dinámico de Desarrollo Territorial que impulsará progresivamente el conocimiento territorial mediante las instituciones pertinentes: Ingemmet, IGP, IPEN, IGN, CONIDA, SENAHMI, etc.

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