LA CADENA DE VALOR EN LA MINERÍA - UNA PONDERACION DISCRETA

1. LAS ETAPAS NORMALES DEL PROCESO PRODUCTIVO MINERO: LA CADENA DE VALOR
La cadena de valor en el sector minero tiene cuatro etapas:
1.1. Exploración
1.2. Evaluación de Viabilidad
1.3. Construcción
1.4  Producción

A continuación se amplía el alcance de cada una de estas etapas.

1.1.         Exploración

        La exploración tiene dos objetivos:
a.              Científico
Conocer las características de la corteza terrestre, para entender el proceso de formación del universo y para advertir y recomendar su mejor utilización en las políticas de desarrollo rural y urbano. Las fronteras del conocimiento en este campo se hallan en pleno desplazamiento y no deben detenerse.
b.              Económico
Identificar concentraciones comerciales de los recursos minerales.
Este es un proceso creciente y acumulativo de estudio geológico, en que se va aumentando el detalle y se va confirmando el modelo de génesis geológico escogido. Comienza estimando la magnitud de la mineralización existente que en una primera aproximación se denomina “recursos minerales con potencial comercial”, que se clasifican en deducidos (inferidos), indicados o medidos, según su grado de certidumbre geológica 
Acto seguido se incluyen los “factores modificadores” correspondientes al mercado, de recuperación tecnológica (dilución, recuperación, relación de concentración), de infraestructura, gubernamentales, ambientales y sociales con el objeto de llegar a estimar “el corazón” de todo proyecto minero, que es la ley de corte mínima y las reservas comerciales, que a su vez se clasifican en probadas y probables, según su calidad y su acceso.
A su vez, las reservas pueden clasificarse en reservas “en producción”, “con desarrollo aprobado” y “con desarrollo justificado”. Los recursos minerales, que son aquellos a los que no se les ha incluido los “factores modificadores” pueden clasificarse en recursos “pendientes de desarrollo” y “con desarrollo detenido”.
La exploración es una ciencia que ha ido mejorando progresivamente sus herramientas de estudio con los avances que se han venido sucediendo a partir de la revolución industrial y de la era informática.
Paralelamente, los conflictos con los propietarios del terreno superficial se han venido acentuando, por lo que el sector minero debe encontrar vías de entendimiento, para continuar realizando sus tareas de reconocimiento, entendimiento e identificación, que le son propias
Por esta razón, la exploración debe dividirse en:
v       EXPLORACIÓN NO INVASIVA, cuyos trabajos de campo (in situ) son mínimos, por lo que su libre aplicación a nivel global debe apoyarse y promoverse. Si se considera el exiguo efecto superficial y el enorme beneficio del conocimiento subterráneo, las restricciones superficiales en esta etapa no tienen asidero,
La exploración no invasiva comprende, entre otras, las siguientes actividades:
·                Mapeo geológico superficial
·                Sensores remotos
·                Geofísica
1.              Aeromagnetismo
2.              Reflexión sísmica
3.              Refracción sísmica.
4.              Polarización Inducida (Gravedad)
5.              Electricidad
·                Geoquímica
Errática y/o Sistemática,  con grilla de 5 kms. o de 1 km.
·                Muestreo errático
Trincheras o canales
v       EXPLORACIÓN INVASIVA, que tiene por objeto comprobar la validez de las anomalías (indicios de la existencia de mineral) identificadas en la etapa No Invasiva.  Esta etapa requiere acuerdo con el propietario del terreno superficial, quien tiene derecho a ser debidamente compensado, por los daños que el trabajo de exploración pudiera ocasionarle.Comprende, entre otras, las siguientes actividades:
·                Perforaciones
Diamantina y/o Recuperación de lodos
·                Logeo de Testigos
·                Tunelería, Faenas
Cortadas (X-cuts), Galerías (Drifts), Piques o Raises, (Chimeneas).
Ambas actividades deben ser objeto de fiscalización especial por parte del dueño del recurso, que es el Estado, con el objeto de satisfacer el objetivo científico de la exploración del territorio. Los mineros deben presentar informes singulares en cada una de estas etapas, los mismos que servirán de base para la respectiva fiscalización.
Esto quiere decir, que la Fiscalización tendrá cuatro modalidades, cada una referida a las cuatro etapas oficiales: exploración, viabilidad, construcción y producción.  Para simplificar el procedimiento, el minero recibirá con su título, una cartilla, en la que se le indicará  las actividades de exploración no invasiva que está automáticamente autorizado a realizar, indicándosele también que solo podrá realizar actividades de exploración invasiva luego de aprobársele su respectivo Programa de Exploración (Invasiva), que contendrá los resultados de la primera etapa, el modelo geológico y los procedimientos a seguir para verificar la anomalía  identificada en su primera fase de exploración..



1.2  EVALUACIÓN DE VIABILIDAD DEL PROYECTO MINERO
La viabilidad o factibilidad privada de los proyectos mineros ha sido objeto de innumerables estudios que son tradicionales en el sector. Sin embargo, la viabilidad desde el punto de vista social o público, no está suficientemente difundida, constituyendo este hecho una sustantiva debilidad del sector público y posible causa  sustantiva de  las confrontaciones que tienen los proyectos mineros en algunos países.  América Latina es todo un laboratorio en este terreno.
En este aspecto, la mejor oportunidad de estimación de esta viabilidad es después de culminarse la exploración y haberse calculado las “reservas mineras comerciales” del proyecto, ya que es recién en este momento en que se tiene la certeza que se puede construir un proyecto minero rentable, sobre la base de dichas reservas.
Se considera que realizar estas estimaciones antes de saber si se tiene reservas económicas, es una pérdida  de tiempo de todos los actores, llámense empresarios, administradores, comunidades del entorno, ambientalistas, etc. Completado el cálculo de las “reservas comerciales” del proyecto, el empresario está en condiciones de estimar los costos complementarios que pudiera requerir el proyecto para ser viable, ya sea por su ubicación, o por los gastos sociales y de cuidado ambiental necesarios para viabilizar su emprendimiento.
Es en este momento en que el empresario minero debe permitir que las autoridades conozcan de los principales atributos del proyecto, de tal forma de poder expedir—con conocimiento de causa y sin especulaciones profanas—la resolución de aprobación o desaprobación.
La autoridad minera en representación de la ciudadanía—último propietario de los recursos—esta en condiciones de ejercer este privilegio, en esta oportunidad, con todo el respaldo técnico necesario.
Adelantar este debate, frena indebidamente las aspiraciones de utilización de una riqueza natural autóctona que puede ser desarrollada racionalmente para beneficio de todos.
Los empresarios mineros de buena fe, conocen de este despertar ecológico y social que deben afrontar, y deben acatar con sencillez este camino que clarifica los procedimientos públicos del sector
Se estima que esta etapa demanda que se analice las siguientes seis viabilidades, que al final deben consolidarse en una séptima  única.
1.2.1. VIABILIDAD  GEOLÓGICA  (Privada)
·                                  Cálculo de las Reservas Probadas  y Probables.
·                                  Recursos  inferidos (Deducidos), Indicados y Medidos
·                                  Reservas en producción, Reservas “con Desarrollo aprobado”, y Reservas  “con desarrollo justificado”.
·                                  Recursos  “pendientes de desarrollo”, y recursos “con desarrollo detenido”.
·                                  Inventario de Recursos  “con desarrollo sin aclarar”, y “con desarrollo no viable”.

1.2.2. VIABILIDAD METALÚRGICA  (Privada)

·                Diagrama de flujo balanceado mostrando
-                 mineral de cabeza, ton y ley
-                 concentrado, ton y ley
-                 relaves, ton y ley, porcentaje de sólidos, granulometría.
-                 agua, metros cúbicos por ton.
·                Balance metalúrgico básico.
Mostrando  Tonelaje y Ley diaria; recuperación metalúrgica, relación de concentración, características del producto comercializable (granulometría, porcentaje de humedad, características del relave, ton, ley, gravedad específica, porcentaje de sólidos, etc.

1.2.3. VIABILIDAD de INFRAESTRUCTURA (Privada y Pública)

·                Abastecimiento de agua, captación, distribución, balance de demanda (industrial, domestica) vs oferta.
·                Energía. Balance de demanda vs oferta.
o                     Generación, transformación, distribución, sistemas de seguridad.
·                Logística de insumos industriales, combustibles y alimentos, desde su lugar de aprovisionamiento.
·                Logística de productos, hasta su entrega al mercado
·                Drenaje Pluvial
·                Tratamiento de residuos:
- Doméstico
- Industrial

1.2.4.  VIABILIDAD ECONÓMICA (Privada)

o            Flujo de Caja, monto de inversión, costo de operación, rentabilidad, sensibilidad a los precios de mercado y a los costos principales (energía, combustibles, etc.)
o            Proyecto Comercial o Proyecto con Potencial comercial.

1.2.5.  VIABILIDAD AMBIENTAL (Privada y Pública)

·                Diagrama de flujo del proceso integral mostrando cantidad y calidad de productos comercializables, residuos con potencial contaminante y no contaminante. Productos intermedios.
·                Plantas de Tratamiento industrial y doméstica,  mostrando calidad y cantidad de productos sólidos y líquidos entrantes y salientes, indicando los flujos  de vertimiento finales

1.2.6. VIABILIDAD SOCIAL  (Privada y Pública)

·                Manifestación de los habitantes ubicados “äguas abajo” del proyecto.  Copia de acuerdos.
·                Manifestación de los habitantes ubicados en las rutas de acceso de personal, insumos y productos. Copia de acuerdos.

1.2.7.  VIABILIDAD INTEGRAL DE LA AUTORIDAD MINERA. (Responsabilidad pública para otorgar, o no, el Permiso de Explotación)
El pronunciamiento positivo o negativo de la autoridad minera fortalecerá la ansiada institucionalidad minera y restablecerá la gobernabilidad en el sector. Se recomienda formar los equipos profesionales responsables de esta importante tarea de la Agencia Nacional de Minería, dividiéndola en dos grupos independientes y especializados de la Gran Minería y la Pequeña Minería. El informe de la ANM debe incluir:
·                Diagrama de flujo integral y especifico del proyecto, mostrando el balance metalúrgico y el método de explotación.
·                Balance de agua y energía.
·                Diagrama del flujo natural del agua superficial y subterránea, antes, durante y después del proyecto.
·                Identificación, Listado y Control de las Externalidades del proyecto.
·                Grado de aceptación social del proyecto.
·                Acto administrativo de permiso de ejecución del proyecto, de rechazo o de modificaciones necesarias para la aprobación.
1.3. CONSTRUCCIÓN Y MONTAJE

Aprobado que sea el proyecto, podrá el empresario minero proceder a realizar la gran inversión en la construcción de las instalaciones y la adquisición de la maquinaria requerida para poner en marcha el proyecto, ya que cuenta con las tres licencias que la realidad actual le requiere:
a.                                Licencia de la autoridad minera
b.                                Licencia social, que no es un documento, sino una expresa manifestación de las comunidades del entorno, que están de acuerdo con la implementación del proyecto.
c.                                Licencia ambiental, que compromete al empresario a conducir sus operaciones en forma amigable con su entorno ecológico.

Esta etapa debe ser objeto de fiscalización, que culminara con la anotación de “Conformidad de Obra”  requerida en el Registro Minero.

1. 4. PRODUCCIÓN
Luego de un periodo de prueba y de superar los rigores de la puesta en marcha, el empresario puede comenzar su anhelada etapa de producción, en que además de materializar sus planes técnicos y económicos, contribuye al desarrollo nacional y local mediante sus aportaciones de impuestos y regalías.
En esta etapa, el sector público debe monitorear, controlar y mitigar las externalidades originadas por la explotación del recurso minero.
Estas externalidades son las siguientes:
o                 Accidentes laborales debido a la naturaleza del entorno de producción: inestabilidad de las excavaciones, inapropiado uso de explosivos, atmósfera enrarecida y con limitados niveles de contenido de oxígeno, existencia de gases nocivos, agua ácida (agua natural que lava los óxidos solubles de los minerales).
o                 Accidentes originados por la falta de competencia o  experiencia para realizar determinadas labores. Esta eventualidad se enfrenta con adecuados programas de capacitación y entrenamiento.
o                 Vertimiento no tratado a los reservorios naturales, de las aguas que fluyen a través de las diferentes faenas mineras.
o                 Inadecuado manejo del agua de escorrentía.
o                 Inadecuado manejo de los residuos industriales y domésticos.
o                 Elevación de informes falsos a la autoridad minera.

Para lograr una fiscalización eficaz, los inspectores, o quienes los representen, deben expedir sus informes y las acciones administrativas correspondientes en forma inmediata. Justicia que tarda, no es justicia.
El objetivo es eliminar los conflictos mineros que se originan en una inadecuada interacción del sector público en el quehacer técnico y económico del empresario minero..

2.0  EL DERECHO MINERO VS EL DERECHO SUPERFICIAL
Los propietarios de fincas en los terrenos superficiales, sean ellos públicos o privados, no tienen ningún derecho sobre los minerales que se alojan en el subsuelo del territorio nacional. Siendo el Estado el dueño de todos los minerales que se alojan en el subsuelo, se ha establecido que se requiere una licencia especial llamada concesión minera, para que un privado  pueda usufructuar de dicha riqueza.
En el sistema de libre mercado, el Estado otorga este derecho a quien primero encuentre dicha riqueza minera. Y, por supuesto que la encontrará primero, quien tenga oportunidad de encontrarla primero. Para tener orden en esa búsqueda es que se ha establecido, como consecuencia, que se dé el permiso de buscar a quien primero pida el área superficial que delimita el volumen de subsuelo requerido para buscar mineral. De esta forma se desprende el principio del “primero en llegar, primero en derecho” que regula las solicitudes de concesiones mineras, primero para explorar y luego para explotar, en los contados casos de éxito exploratorio.
Por otro lado, el gran dueño de los minerales tiene—como todo propietario—el inalienable derecho de hacer el inventario de lo que le pertenece. Ese inventario suministrará información del potencial minero que es una importante actividad económica, pero también da a conocer las características de las aguas subterráneas, que juegan un rol fundamental en el abastecimiento de agua de muchas naciones.
El agua es un elemento crítico para la vida, por lo que es importante identificar los lagos y ríos subterráneos que tienen todos los países en su subsuelo. Conocer las características del subsuelo permite tener una herramienta adicional para planificar el desarrollo. El desarrollo es fundamental para reducir las brechas culturales, sociales y económicas de los pueblos, que a su vez permite erradicar la miseria de la población.
Acabando con la miseria, se logra que nadie se “muera de hambre”, porque la tasa de desempleo se reduce y tener un empleo representa una de las grandes fortalezas del hombre y la mujer moderna. El desempleo reduce el bienestar material y espiritual de los seres humanos generando trabajo infantil, prostitución, informalidad, miseria, ignorancia, delincuencia, y enfermedades. Este es el resultado de ineficaces políticas de gobierno. No son causa. Las causas no son punibles, se enfrentan con medidas regidoras.
En Alemania, todos los egresados de secundaria tienen que estar registrados ya sea en un trabajo, en una Universidad, en el Ejército o en un instituto de capacitación formador de mano de obra calificada. Los “sin oficio ni beneficio” son asediados para ser encauzados apropiadamente. A los jóvenes latinos que buscan una ocupación digna después que acaban la secundaria, eso les parece una serie de “ciencia ficción”,  porque la política establecida y aceptada de “Sálvese quien pueda”,  es desconcertante para cualquier ciudadano ilustrado. La inversión en el capital humano de una nación debería ser siempre prioritario para que se pueda mejorar el futuro.
En Francia, se estimula la vida sana, dando un bono privado a los que se movilizan en bicicleta. Al final, el Estado reconoce dichos bonos a las empresas como pago a cuenta de impuestos. El resultado es un medio ambiente limpio, tráfico fluido, y franceses sanos, emprendedores (mayores ingresos) y felices. En muchos de nuestros países se encaran problemas similares con insulsas reglas de mitigación como el control de cambios en Venezuela,  el “pico y placa” de Colombia, o “el agua si y oro no” de Perú.
En Chile no existe informalidad minera, porque el Estado apoya al pequeño minero, con capacitación, créditos, plantas concentradoras, fundiciones. En los países que el Estado no tiene la capacidad para conducir planes de comportamiento social adecuados, culpan a la rebeldía de los que luchan diariamente por llevar un pan a su mesa, o a la falta de “responsabilidad social” de los empresarios para redimirse.
La generación de riqueza y el cuidado ambiental son dos caras de la misma moneda. Ambas son importantes para la supervivencia del hombre sobre la tierra, por lo que es una obligación moral de todos los trabajadores intelectuales buscar los caminos que permitan la coexistencia.
Así  lo reconocieron todos los pueblos del planeta, en el año 2000, reunidos en las Naciones Unidas,  firmando la Declaración de los  Ocho Objetivos del Tercer Milenio estableciendo las necesidades prioritarias de la humanidad, que vale la pena recordarlo:
1.              Erradicar el hambre y la pobreza extrema
2.              Educación primaria para todos
3.              Igualdad de genero
4.              Reducir la mortalidad infantil
5.              Mejorar la salud materna.
6.              Combatir las enfermedades
7.              Sostenibilidad Ambiental
8.              Unión global para el desarrollo.

Es importante mencionar el especial cuidado que se tuvo para establecer estas prioridades.

La herramienta más conocida para erradicar el hambre y la pobreza extrema es la generación de riqueza. Las mejores políticas ambientales y sociales son vanas sin una economía sólida. Hasta la madre Teresa reconocía que “No green, no mission”, (Sin dólares, no hay misiones)
Hasta ahora, el capitalismo ha probado ser el mejor modelo para la generación de riqueza, estimulando, orientando y guiando el egoísmo y la ambición natural de todo hombre de ser y tener cada día más. Sin embargo, las famosas “fallas del mercado” deben tenerse muy en cuenta para corregirlas, mediante regulaciones convenientes y fiscalizaciones oportunas

3. MINA VS CUIDADO AMBIENTAL

Todas las actividades económicas generan externalidades que el Estado tiene la obligación y el derecho de controlar para proteger el bien común que es la salud social, el cuidado ambiental y el bienestar general.
La actividad minera tiene dos modalidades: superficial y subterránea. Ambas realizan la excavación del terreno siguiendo el proceso cíclico de extracción minera que comprende tres operaciones unitarias: fragmentación (perforación y voladura), carguío y acarreo. Adicionalmente, se consideran seis operaciones auxiliares que son: preparación del terreno, control del terreno, suministro de energía y agua, transporte de personal y materiales,  ventilación y cierre.
La minería superficial es más segura que la subterránea. En cambio, la minería superficial tiene un mayor impacto ecológico que la minería subterránea.

Ejecutadas con responsabilidad profesional, todas estas actividades mineras son completamente amigables con el entorno. Por el contrario, ejecutadas sin seguir los principios técnicos básicos que son característicos para cualquier actividad, como son el orden y la limpieza, la secuencia adecuada, y las consideraciones esenciales que regulan la vida en común, se convierten cada una de ellas en un motivo de conflicto ambiental y social.
El desarrollo social y cultural consiste precisamente en eso. En difundir, primero, las reglas básicas de la vida en común como la limpieza (Es mejor no ensuciar que tener que limpiar) y el orden (pedir citas y hacer fila para ser atendido), para luego, divulgar la necesidad de realizar todas las actividades—por muy simples que parezcan—siguiendo los preceptos fundamentales que regulan sus buenas prácticas y su estandarización. Por ejemplo, las actividades culinarias y los hospitales deben ser inmaculadamente asépticos, pero se necesita que el Estado ejerza un estricto control y seguimiento para que todos los hospitales y restaurantes cumplan con este elemental principio.

La confrontación “Ambiente vs Desarrollo” ha sobrepasado todos los límites racionales que han debido guardarse. Se ha pasado de un extremo demasiado tolerante a un extremo exageradamente opresivo.
Si la racionalidad indica que es necesario buscar la solución óptima que permita al mismo tiempo,  generar riqueza y cuidar el ambiente, porque ambas cosas son necesarias, se torna una obligación de los trabajadores intelectuales buscar dicho camino, apartándose de las posiciones extremas
En el caso de la actividad minera, las posiciones entre los mineros y los ambientalistas se han radicalizado de tal manera, que las opciones se han vuelto excluyentes. O se hace mina o se cuida el ambiente. Esto no es aceptable.
La normatividad actual establece la aprobación de un Estudio de Impacto Ambiental, EIA,  para obtener el permiso de operación. Las minas formales cumplen con este requisito y el Estado debería ayudar a los pequeños mineros a cumplir con esta obligación.  Para que un proceso productivo demuestre que cuida el ambiente, basta tener su diagrama de flujo balanceado en el cual se identifique los productos comercializables y los nocivos, los mismos que servirán para diseñar la planta de tratamiento necesaria para tener vertimientos limpios a los cauces originales.
También sería equitativo que para tramitar un área prohibida para la actividad minera se solicite un Estudio de Impacto Económico, EIE. De esta manera, se tendría un mejor conocimiento de la relación costo/beneficio  que permitirá otorgar mejor el permiso o la prohibición de desarrollar mina o de proteger razonablemente una zona.

4.0 LA INFORMALIDAD EN LA MINERÍA

Las actividades económicas formales constituyen un claro indicador del desarrollo cultural, cívico, económico y social. Lo eminente de esta relación es que ambas se retroalimentan mutuamente. A mayor formalidad, mayor desarrollo y viceversa. La prueba es que en las naciones desarrolladas, la cantidad de informales es ínfima.

Por esta razón, una herramienta de desarrollo muy eficaz es construir programas de formalización muy robustos. Sin embargo, una de las características fundamentales de la formalidad, es que debe ser espontánea.  El ser humano admite la espontaneidad por convicción o por disuasión, que es el temor a las represalias normativas (multas, suspensiones, cancelación de accesos al mercado). Se logra convencer a los ciudadanos, administrando bien el dinero recolectado por los impuestos, y los ciudadanos constatan que los bienes públicos—carreteras, transporte público, salud y educación pública—mejoran cada día.

También es posible persuadir a los ciudadanos hacia un determinado comportamiento, articulando normas y debidos procesos que incluyan penas administrativas a quienes los incumplan. Estas represalias normativas  tienen que ser racionales. Los métodos de la Inquisición, de Tiananmen Square o de “la letra con sangre entra”, están vedados en la construcción de una sociedad democrática, igualitaria y equitativa.

El sector minero no escapa a esta realidad. Se estima que un 40% de la actividad minera es informal. En gran medida esto se debe a la falta de conocimiento de algunas características propias de la minería formal como son las etapas normales del proceso productivo minero,
el dilema del derecho superficial y del derecho minero y el dilema mina vs cuidado ambiental, problemas ya explicados en este ensayo.

Se juzga que la pobreza, las altas tasas de desempleo, la falta de civismo (para pagar impuestos), la facilidad de realizar algunas actividades en forma mediocre, y la ausencia de un Estado que cumpla su rol tutorial;  son factores potenciales, entre otros,  de generación de conflictos sociales.  Por esta razón, las estrategias de perseguir despiadadamente a los infractores del “buen vivir”, no son válidas,  si antes no se llevan a cabo políticas cabales de persuasión y captación de los inexpertos y analfabetos tecnológicos.

En los países subdesarrollados, más de la mitad de la población económicamente activa se dedica informalmente a ganarse el pan diario.  La minería no es ajena a esta realidad. La minería informal es realizada por analfabetos de la actividad minera que encuentran en ella un flotador económico. De cada cien gramos de oro que existe en la naturaleza, la minería formal recupera 80g. y pierde 20g. en sus residuos. La minería informal recupera 20g. y pierde 80g. en sus residuos. Aun así el trabajo les resulta personalmente lucrativo.  Esos 80 grs. que se pierden, tardarán unos mil años en volverse a juntar para beneficio de otras generaciones.

¿Quién es el gran perdedor?  Si todo el oro yacente en el subsuelo es de propiedad de la nación, la nación entera  se ve privada de esta monumental riqueza en forma, por demás, desapercibida.  La minería formal no es ni más, ni menos contaminante que cualquier otra actividad económica. La minería informal, es tan contaminante como cualquier otra actividad económica  informal que  se permita realizar sin tutoría y control, por elemental complacencia estatal,.

En conclusión, la Autoridad Minera tiene como una de sus funciones principales controlar las externalidades generadas por la actividad minera. Con ese fin, debe organizarse para realizar inspecciones de campo que permitan identificar las condiciones inseguras que se presenten en las minas, y programar cursos de capacitación laboral para reducir los actos inseguros que pudieran ocurrir por ignorancia o por inexperiencia.


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