EL DESARROLLO ECONÓMICO Y EL DESARROLLO AMBIENTAL PUEDEN Y DEBEN IR DE LA MANO
La salud de los
sectores económicos, especialmente el sector minero, se puede medir con cuatro
tipos de indicadores:
- INDICADORES DE GOBERNABILIDAD.
Para que todos—grandes, medianos y pequeños empresarios—puedan llevar a
cabo sus importantes actividades económicas, es menester que el marco promotor
y el marco restrictivo sean claros y simples.
Es fácil ser claramente promotor o claramente restrictivo. Lo difícil es adoptar
la habilidad del conductor diestro que sabe aplicar el freno o el acelerador,
dependiendo de las circunstancias. Estas
funciones deben estar integradas dentro de una misma organización imitando a
los padres de familia que saben cuando ajustar o cuando soltar las riendas de
su familia para superar los problemas que naturalmente surgen cada vez que se
trata de avanzar y acumular capital humano y social. Separar las funciones de estímulo y de represión
en organizaciones independientes solo trae inacción o desenfreno. En realidad
constituyen las dos caras opuestas de una misma moneda.
La tentación de prohibir las actividades económicas para cuidar la
naturaleza no es válida, ya que el daño humano y social puede ser mayor.
Tampoco es válido ofrecer “patente de corso” a las actividades económicas,
porque el daño al capital ambiental puede ser irreversible.
Lo sensato es alcanzar un balance que permita crecer económicamente con un
mínimo de daño ambiental. Se debe recordar que el daño igual a cero es
imposible, ya que toda actividad económica genera basura. La vida activa genera
basura. Aún el cuerpo humano, que es la máquina perfecta del universo, mientras
vive y aún después de muerto, genera basura.
Por otro lado, abatir la contaminación a cero, tendría un costo
prohibitivo, por lo que solamente nos quedarían dos opciones. O nos inclinamos
subyugados ante la naturaleza virginal y aceptamos un nivel de vida primitivo,
o aceptamos un nivel adecuado (óptimo) de contaminación, que nos permita
generar la riqueza necesaria para ir creciendo en nuestro nivel de bienestar.
Lo racional es, entonces, alcanzar
el nivel de contaminación óptimo. Aquel que iguala el valor creciente del daño
que genera la contaminación, con el valor de los esfuerzos—también
crecientes—de abatimiento de dicha contaminación.
Para progresar hay que cambiar. El statu
quo, nunca será una opción para alcanzar mejores niveles de vida.
Los indicadores relevantes son: Macroestabilidad (Balance de ∆PBI,
Desempleo, Inflación) , Seguridad de la Propiedad Privada, Sistema de
Otorgamiento de Concesiones, Sistema de Permisos, Acceso al Terreno
Superficial; autoridad policial respetuosa y respetada y un sistema jurídico
que establezca con claridad los límites de jurisdicción, autoridad competente,
delitos, faltas, obligaciones,
privilegios, derecho a veto, derecho a ser compensado, derecho a ser
consultado, derecho a ser informado, etc.
Para vivir y trabajar en paz por su desarrollo, es fundamental mejorar la
capacidad de integrar en forma paralela y balanceada los cuatro factores
económicos, ambientales, sociales y de gobernabilidad.
Este es un esfuerzo pionero de las naciones emergentes, ya que los pueblos
que han logrado muy altos niveles de consumo, lo hicieron a costa de grandes
sacrificios ambientales, que ahora están tratando de remediar. Incluso, en esta
época de gran preocupación mundial por el cuidado ambiental, los países
desarrollados, entre ellos Estados Unidos y Canadá, han expresado sus dudas
sobre el cumplimiento del Protocolo de Kyoto, que pone límites a la emisión de
gases nocivos, porque les significaría poner limitaciones a sus programas de
crecimiento energético, considerados de mayor prioridad en su agenda económica.
- INDICADORES ECONÓMICOS,
El modelo económico-social-político que los peruanos hemos escogido, reposa fundamentalmente en la creación y
mantenimiento de negocios rentables, capaces de pagar sus impuestos y cumplir
con la devolución de sus créditos. A su vez, el éxito económico demanda lograr
una aceptable productividad que se obtiene con alta tecnología y buena
gerencia. Entre otros, los Indicadores relevantes son: ∆PBI, la Tasa de Descuento, la Tasa Interna de
Retorno, el Retorno sobre el Patrimonio, la cantidad de empresas creadas por
año, el Crédito Empresarial y de Consumo.
- INDICADORES SOCIALES,
Siendo los minerales un bien común, perteneciente a la sociedad, se
requiere que los beneficios sociales generados por la mina sean conspicuos y no
secundarios; como tradicionalmente lo han sido. El siglo XXI marca con claridad este comportamiento diferente. Por lo tanto, la rentabilidad
minera no solamente debe ser privada, sino
también pública. Se espera que este
cambio sea absorbido gradualmente por el sector privado, pero es el Estado el
encargado de dictar la normatividad, la regulación y la fiscalización correspondiente. Todo empresario privado responsable
tiene como objetivo primordial cumplir las normas de la actividad a la que
dedica sus esfuerzos.
Indicadores Relevantes son: Consumo Local/Consumo Total; Empleo
Local/Empleo Total, Empleo Femenino/Empleo Total;
Huelgas; Salud y Seguridad Social;
- INDICADORES AMBIENTALES
Las sociedades de consumo, ya han tomado conciencia que su desarrollo económico
orientado a generar mayor riqueza y crear empleos, debe cuidar el ambiente
afectando lo menos posible el habitat
natural original.
Es imposible evitar la contaminación durante los esfuerzos iniciales por
generar riqueza, pero gradualmente se debe dedicar una mayor proporción de las
ganancias, a cuidar el capital ambiental local y regional, de tal manera de
llegar a equiparar el incremento de riqueza con el incremento de capital
ambiental.
El ejemplo clásico es el agua.
La naturaleza es tan generosa que produce toda el agua que necesitan los
seres vivientes (humanos, animales y vegetales). Sin embargo, su ciclo natural
no esta programado para localizar su ocurrencia allí donde se necesita. Su
ciclo natural responde a su propio equilibrio de ocurrencia, manteniendo su
magnitud integral invariable. Esto quiere decir, que la cantidad de agua
existente en el planeta tierra, siempre ha sido la misma desde que se creó el
planeta. Lo que ha variado con el tiempo y con las estaciones climáticas, son
las proporciones existentes en los estados líquido, sólido y gaseoso. Es
necesario recurrir a la Hidrología para comprender y explicar las diversas fuentes
de agua, su deposición y flujos estacionales.
Desde tiempos inmemoriales, el hombre se ha dado cuenta de esta verdad y ha
recurrido a la ingeniería hidráulica para construir represas y acueductos
destinados a llevar el agua de los lugares donde sobra a los lugares donde falta.
El Hombre utiliza la ingeniería hidráulica para controlar los flujos de
agua requeridos para mejorar técnicas de cultivo, generar electricidad y
mejorar el ambiente. Pretender que la naturaleza provea espontáneamente este vital
recurso, allí donde se le necesita, es asignarle al ciclo del agua natural, una
virtud de ubicuidad que no tiene.
Disponer de agua potable en los lugares rurales o urbanos requeridos
demanda un desarrollo artificial propio de culturas dispuestas a modificar la
naturaleza para su beneficio. El Hombre no tiene otra alternativa racional.
Las sociedades inmersas todavía en las tecnologías tradicionales, confían
en que sus ritos folklóricos sean capaces de producir la lluvia que necesitan
para sus cultivos. Ellos todavía no creen o no han sido informados que la
tecnología es la base del progreso de la raza humana.
En contraste, las sociedades más desarrolladas del planeta disfrutan de
mayor bienestar porque han sido capaces de modificar el ciclo natural del agua
para su beneficio, desde su cabecera hasta su desagüe. Pretender candorosamente que las cabeceras no
deben tocarse, es ponerle un corsé a una de las mejores herramientas tangibles
desarrolladas por el hombre para prosperar, que es la ingeniería hidráulica. Es
casi como ponerle mordaza a esa otra
herramienta de progreso intangible que es la libertad de expresión.
Vale la pena citar un ejemplo de cómo se complementan los trabajos mineros
ubicados en las cabeceras de cuenca con las necesidades hídricas humanas. En
1960, los ingenieros de la mina Casapalca, en su afán de expandir las reservas
mineras, construyeon el tunel Graton y de paso destaparon un acuífero que hasta ahora suministra el 20%
del caudal del Rimac, qu a suvez
abastece a la capital peruana. Si los mineros no habrían llevado
económica y eficientemente sus trabajos, esas aguas todavía estuvieran
escondidas y los limeños estuvieran pensando en hacer costosos trasvases desde
las cabeceras de cuencas vecinas. Por supuesto que la mina tampoco hubiera
extendido sus reservas hasta el día de hoy.
Adicionalmente, debemos recordar al pueblo israelita, que estando ubicado
en una zona muy árida del planeta, ha desarrollado su ingeniería para
aprovechar cada gota de agua en sus cultivos. Esto es otro ejemplo de ingeniería
hidráulica puesta al servicio del hombre.
Otra zona digna de mencionarse es la zona del Valle de Tennessee (TVA) de
USA, por la intensidad de ingeniería hidráulica aplicada para modificar y
controlar el flujo de los ríos haciéndolos navegables, generando electricidad, regando tierras y renovando
al mismo tiempo el capital ambiental y forestal para beneficio de la vida
silvestre de peces y animales salvajes. Complementariamente,
la electricidad barata producida atrajo una gran variedad de industrias
proveyendo los empleos requeridos por una población muy afectada por la depresión
económica de los años 30 del siglo pasado.
Esto es una muestra fehaciente que la coexistencia de actividades económicas
y ambientales es posible. Se necesita solamente alcanzar el consenso suficiente
que permita asignar los importantes recursos económicos necesarios para hacer
ambas cosas. Crecer y cuidar el ambiente, aplicando sucesivamente tecnologías
limpias y construyendo plantas de tratamiento de residuos, es garantía de importantes beneficios humanos
y sociales.
Indicadores relevantes son: Áreas Naturales Protegidas/Área Total del
Territorio Nacional; Número de Plantas
de Tratamiento de Residuos Industriales y Domésticos, Acceso al agua potable;
Acceso a Sistemas de Sanidad (Líneas Troncales y secundarias de desagüe);
Vulnerabilidad a los riesgos naturales;
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