LA ESCUELA AMERICA
La vida es una lucha interminable entre el ángel de la luz y el lucifer que todos llevamos dentro. En esa guerra, que tiene muchos escenarios, debemos tomar decisiones permanentemente entre los modelos extremos señalados por la madre Teresa, por un lado, y el modelo execrable de Hitler, por nombrar a uno de los incontables monstruos de la civilización. Sin duda que, para elegir bien el derrotero, la casa paterna es la primera gran orientadora. Pero la escuela inicial se encarga de introducirte a ese mundo con moldes de fondo y forma—honorables o permisivos—que te marcan para toda la vida. Ese momento en que a uno le presentan un nuevo escenario—totalmente diferente a su casa—en el que también se puede jugar y gozar, pero con la gran diferencia que se debe respetar al vecino, es trascendental. Unos reaccionan con nobleza y otros con frenesí. Por otro lado, el orden, tan extraño a esa edad, se introduce casi imperceptiblemente con el horario de clases y el anzuelo...